Hoy hablaremos sobre los beneficios del sauco como medicamento herbolario. El saúco (Sambucus nigra L.) tiene una larga historia de uso como medicina naturista en muchas culturas siendo utilizado en en tratamiento de gripes y resfriados. Actualmente, es una de las plantas medicinales más utilizadas en todo el mundo.
El saúco es un arbusto resistente que puede llegar a vivir cien años, se encuentra principalmente en zonas boscosas, setos o bordes de caminos. Su floración se produce desde principios de mayo hasta agosto. Perteneciente a la familia de las Caprifoliaceae, como la madreselva, la baya del saúco es una planta herbácea que mide en promedio dos metros. Su tallo escasamente ramificado tiene hojas caducas con alrededor de siete folíolos. Sus flores blancas se abren a principios de mayo, dando paso en julio a racimos de pequeñas bayas negras que se vuelven tóxicas una vez que alcanzan la madurez.
Las flores de saúco tienen un alto contenido de ácidos fenólicos y flavonoides, que son antioxidantes, aceites esenciales y minerales. Las bayas están llenas de vitaminas A, C y B6. También contienen una buena concentración de hierro, carotenoides, aminoácidos y taninos. En cuanto a las hojas, concentran taninos, nitrato de potasio y ácido valeriano con propiedades relajantes. Finalmente, la corteza es rica en ácido cianhídrico que puede ser tóxico en dosis demasiado altas.
Se ha utilizado durante muchos siglos en medicina naturista por sus virtudes terapéuticas. También es apreciada en gastronomía por el agradable sabor de sus frutos. De hecho, sus bayas negras se han consumido desde la época romana y griega cuando representaban “el alimento de los dioses”. Posteriormente, las civilizaciones celta y germánica consideraron al saúco como una planta mágica con poderes beneficiosos y la utilizaron principalmente por su acción antiinflamatoria y diurética. Incluso se usó con fines cosméticos para aclarar el tono de la piel y reducir las pecas.
Actualmente se usa de forma oral como medicamento herbolario para infecciones respiratorias virales estacionales (condiciones respiratorias inflamatorias, resfriados, gripe, sinusitis, etc.), bronquitis, fiebres también en desórdenes gastrointestinales, retención de agua, cistitis e infecciones del tracto urinario.
Eso sí como todo medicamento herbolario, se debe tener cuidado de no consumir en exceso, ya que podrían causar trastornos digestivos temporales, así como un olor a transpiración más pronunciado relacionado con las propiedades diaforéticas de la planta. Además, se tiene que tener cuidado de no usar bayas maduras que pueden causar dolor gástrico, vómitos, mareos etc.