Hoy te hablaremos sobre las plantas naturales que te ayudan a desintoxicar el organismo. Con cada cambio de estación tu cuerpo necesita una limpieza importante. Uno de los métodos más naturales que existen para desintoxicar el organismo es un ayuno simple.

Es recomendado siempre orientar la desintoxicación del organismo según sus necesidades por ejemplo, en México la mayoría de los padecimientos cotidianos se concentran tanto en intestino como en el hígado que de hecho, también es el objetivo de una desintoxicación para mejorar la digestión de forma general.

  
A continuación, se presentan las plantas más comunes para realizar curas depurativas:

• Alcachofa: Apreciada también en la cocinas, la alcachofa es una planta formidable para favorecer la digestión y regular el tránsito. La alcachofa ayuda a desintoxicar el cuerpo y ayuda a la digestión apoyando las funciones biliares. Contribuye a la salud del hígado y al bienestar intestinal.

• Diente de León: Rico en potasio y lactonas, el diente de león tiene propiedades diuréticas que ayudan a prevenir problemas renales. Apoya el proceso de desintoxicación del hígado y las vías biliares y estimula la diuresis. También facilita el tránsito intestinal.

• Cardo mariano: La principal función del cardo mariano es desintoxicar el hígado. Las semillas de cardo mariano favorecen la secreción de bilis y la evacuación de desechos, también favorecen el metabolismo celular ayudando al hígado a regenerar sus células más rápidamente.

• Bardana: La bardana tiene propiedades depurativas que ayudan a drenar y eliminar toxinas. Facilita la digestión y el funcionamiento de los riñones. La raíz de la planta también tiene cualidades seborreguladoras y depurativas.

• Ortiga verde: A pesar de su mala reputación como planta urticante, la ortiga tiene muchas virtudes, antiinflamatorio, antioxidante, antirreumático. Está enfocada a depurar los riñones, drenar el organismo y favorecer la eliminación renal así como la retención de líquidos.

Hoy hablaremos sobre los beneficios del sauco como medicamento herbolario. El saúco (Sambucus nigra L.) tiene una larga historia de uso como medicina naturista en muchas culturas siendo utilizado en en tratamiento de gripes y resfriados. Actualmente, es una de las plantas medicinales más utilizadas en todo el mundo.

El saúco es un arbusto resistente que puede llegar a vivir cien años, se encuentra principalmente en zonas boscosas, setos o bordes de caminos. Su floración se produce desde principios de mayo hasta agosto. Perteneciente a la familia de las Caprifoliaceae, como la madreselva, la baya del saúco es una planta herbácea que mide en promedio dos metros. Su tallo escasamente ramificado tiene hojas caducas con alrededor de siete folíolos. Sus flores blancas se abren a principios de mayo, dando paso en julio a racimos de pequeñas bayas negras que se vuelven tóxicas una vez que alcanzan la madurez.

Las flores de saúco tienen un alto contenido de ácidos fenólicos y flavonoides, que son antioxidantes, aceites esenciales y minerales. Las bayas están llenas de vitaminas A, C y B6. También contienen una buena concentración de hierro, carotenoides, aminoácidos y taninos. En cuanto a las hojas, concentran taninos, nitrato de potasio y ácido valeriano con propiedades relajantes. Finalmente, la corteza es rica en ácido cianhídrico que puede ser tóxico en dosis demasiado altas.

Se ha utilizado durante muchos siglos en medicina  naturista por sus virtudes terapéuticas. También es apreciada en gastronomía por el agradable sabor de sus frutos. De hecho, sus bayas negras se han consumido desde la época romana y griega cuando representaban “el alimento de los dioses”. Posteriormente, las civilizaciones celta y germánica consideraron al saúco como una planta mágica con poderes beneficiosos y la utilizaron principalmente por su acción antiinflamatoria y diurética. Incluso se usó con fines cosméticos para aclarar el tono de la piel y reducir las pecas.

Actualmente se usa de forma oral como medicamento herbolario para infecciones respiratorias virales estacionales (condiciones respiratorias inflamatorias, resfriados, gripe, sinusitis, etc.), bronquitis, fiebres también en desórdenes gastrointestinales, retención de agua, cistitis e infecciones del tracto urinario. 

Eso sí como todo medicamento herbolario, se debe tener cuidado de no consumir en exceso, ya que podrían causar trastornos digestivos temporales, así como un olor a transpiración más pronunciado relacionado con las propiedades diaforéticas de la planta. Además, se tiene que tener cuidado de no usar bayas maduras que pueden causar dolor gástrico, vómitos, mareos etc.

¿Qué es la fitoterapia? La fitoterapia se refiere al uso de plantas medicinales como medicina, ya sea en infusiones, decocciones o en otras formas farmaceúticas modernas como cápsulas, comprimidos, etc. Para medicamentos herbolarios. Es una actualización de la herbolaria tradicional con el plus de que ahora se cuenta con muchos más estudios que avalan su uso. 

Desde pruebas para identificar la variedad genética de la planta, pasando por pruebas de eficacia, seguridad etc.; todo para asegurar que las plantas utilizadas se comporten como auténticos medicamentos herbolarios en toda regla.

El uso de plantas medicinales no es nada nuevo, es común a todas las culturas. Sus orígenes se remontan a los albores de la humanidad, los neandertales hace 60.000 años ya utilizaban plantas como la cola de caballo y la milenrama como medicina naturista.

El libro de medicina naturista más antiguo del que tenemos constancia en México es el Códice Badiano del año 1552 escrito en náhualt por el médico mexica Martín de la Cruz y traducido al latín por Juan Badiano en el colegio de la Santa cruz en Tlatelolco. Su nombre real era Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis.

Hasta hace unos 200 años, las plantas siempre habían sido la única fuente de medicina naturista. Con el surgimiento de la medicina moderna occidental (revolución industrial), y bajo la oscura influencia de petroleros que inyectaron una gran cantidad de recursos económicos a escuelas de medicina, hospitales, médicos, famosos de la época, etc, monopolizaron el campo de la medicina, que ahora ya no daba cabida a el pensamiento crítico alternativo, con lo cual cambia la percepción del público respecto a la medicina naturista. A partir de este punto fue instaurado el pensamiento único de la medicina naturista y las plantas se considerarían obsoletas, y más aún con el entonces reciente descubrimiento de que se podían hacer medicamentos de síntesis a partir de petróleo. Lo cierto es que muchas medicinas alopáticas de verdadero éxito se originaron a partir de plantas.

Pasaron décadas y con el incremento de la incidencia de enfermedades crónicas, se comenzó a replantear el uso de los medicamentos herbolarios con finalidad terapéutica para prevenir, aliviar o curar una dolencia.

Ciertas tradiciones terapéuticas (china, ayurvédica, islámica, tibetana, nativoamericanas, etc.) apenas han cambiado desde hace milenios y todavía sirven hoy como el principal sistema de atención para una buena parte de la población de los países afectados. Cada vez más terapeutas occidentales incorporan estas antiguas prácticas de la medicina naturista en sus tratamientos.

El resurgimiento del interés del público en general por las plantas como remedios ha llevado en los últimos treinta años a una investigación cada vez más intensa sobre la acción de sus componentes, pero también a la estandarización de la composición y los principios activos. Lo antiguo conoce a lo moderno, los extremos se tocan, aparentes paradojas se resuelven.